Algo nuevo comienza...

¡Hola a todos! Este es mi blog personal. Como bien dice el título, además de ser mi lugar personal, donde os iré informando a todos los que queréis saber de mí, sobre las pequeñas y grandes cosas comentables que continuamente nos ocurren, me gustaría que fuese eso; una encrucijada; donde se juntan diferentes y distantes mundos, que tal vez de otro modo nunca se encontrasen. Ahora el destino lo quiere así.Habrá opiniones sobre lo humano y lo divino, sobre lo políticamente correcto y sobre lo que no lo es tanto. Sobre temas incómodos y sobre los que todo el mundo quiere hablar. Sobre equilibrio y desequilibrio; sobre justicia y paz; sobre alimentación natural; sobre deporte y política; sobre amistad y vida social; sobre amor y trascendencia... En fin, sobre tantas cosas y tantos mundos...Un abrazo a todos y a todas.

viernes, 9 de enero de 2015

Aprendiendo de situaciones desagradables e inesperadas

Ayer por la tarde, cuando nos disponíamos a salir un amigo y yo de aquel bar, y cogimos nuestras cosas, no me lo podía creer. ¡Me faltaba el bolso! Y no, no lo había dejado caer, ni nada de eso. Pronto lo comprobé. Se lo habían llevado, pues no nos habíamos movido de allí y había entrado con él.
Ese momento es tremendo; especialmente para aquellos que tenemos la mala costumbre de llevar allí todo o casi todo. Nada menos que llaves, tarjetas, dinero, documentación personal... en fin.
Tengo que reconocer que en ese primer momento, me llegaban algunos pensamientos de lo más viscerales, que incluían imaginarme cómo le rompía la cara a alguien a quien le veía con lo robado. Efectivamente, no soy mejor que otros y no me libro de ese tipo de tentaciones.

Dicho esto, afortunadamente también estaba acompañado por mi buen amigo Daniel, que en ningún momento perdió la calma y me ayudó a lo que había que hacer: ser ante todo prácticos en ese momento y con la cabeza fría. Porque una cosa estaba clara: si me habían quitado cosas susceptibles de ser necesarias, yo ahora tenía que prescindir también de actitudes y comportamientos innecesarios, de los que no ayudan a la solución de las situaciones. Ahora había que resolver el problema que se había generado, y no era momento para lamentos que, como digo, no sirven para nada y nos dejan con una sensación anímica mucho peor; más desagradable y muy poco operativa.
  • Primero, había que echar un vistazo rápido por los alrededores por si aparecía tirado por ahí. Tampoco mucho tiempo, ya que había mucho que hacer. No apareció nada.
  • Segundo, había que valorar positivamente que no se habían llevado el móvil, puesto que lo había estado usando. Sin duda era lo más caro con diferencia que había en ese bolso. Eso me servía para poder hacer alguna llamada que considerase necesaria.
  • Tercero, había que asegurarme de que podía entrar en casa, ya que las llaves eran parte de lo sustraído. Por fortuna, estaba en casa en compañero de piso, y pude conseguir otro juego de llaves. En ese momento, pude ya hacer las llamadas oportunas para la anulación de las tarjetas. Eso no supuso mucha dificultad y tampoco tiempo. La correspondiente denuncia en la policía prefería ir a ponerla a la mañana siguiente.
Una vez hecho lo más urgente, podía quedarme en casa lamentándome por lo sucedido... o seguir la sugerencia de Daniel de "a mal tiempo buena cara", que en este caso se traducía por seguir nuestros planes e irnos a cenar y tomar un café. Por supuesto, en este caso tenía que pagar todo él, puesto que yo no disponía de nada en ese momento. Supe que la segunda opción era más acertada. Y la verdad es que el resto de la velada no estuvo mal. Un pequeño oasis ante el aluvión de gestiones que me tocará hacer a lo largo del día de hoy. Así que, de nuevo mi agradecimiento a Daniel por haber estado en ese momento y haber contribuido a desdramatizar la situación.
¿Más enseñanzas que me llevo de esto? Son bastantes, la verdad. Entre ellas, me gustaría compartir con vosotros las siguientes:
  • Tengo que acostumbrarme a llevar conmigo lo imprescindible; especialmente cuando voy a estar en un ambiente de mucha gente.
  • En un lugar con mucha gente, siempre tendré contacto físico con las pertenencias que lleve encima. Cuando sea posible, emplearé una consigna o un guardarropa.
  • Culpabilizarme por haber llevado muchas cosas o haber desatendido el bolso un instante no sirve para nada porque ni evita lo que ya ha ocurrido ni me ayuda a encontrar el bolso; así que no lo haré. Creo que le podía haber pasado a mucha gente.
  • Añorar una vida perfecta en la que no ocurran nunca contratiempos, es ilusorio e irreal, nos aporta frustración y no vale la pena. Hoy estamos aquí y un día no estaremos. Todo cambia. Pero sí que sirve actuar para mejorar las cosas y las situaciones, tanto nuestras como las de los demás.
  • Demonizar al ladrón y culpabilizarle, aunque son sentimientos que ocasionalmente surgen y afloran, tampoco solucionan nada. El mundo en el que vivo es como es, y tiene gente de todo tipo. Personas maravillosas y otras no tanto. Afortunadamente, no tuve que vivir una situación de violencia ni en la que peligrase mi integridad. No puedo saber cómo actuaría yo de haber estado en la piel de dicha persona, con su herencia y entorno personal y relacional, sus creencias, sus aprendizajes... Por ello, pese a condenar siempre y rotundamente este tipo de delitos, no soy quién para erigirme en juez de personas.
Y nada más. Ahora os dejo, que me espera un día de muchas gestiones. Afortunadamente, esto me ha ocurrido justo antes de un día en el que no tengo que ir a la oficina. Y sí que espero que la próxima vez que tenga que aprender todo ese tipo de lecciones de la vida, sea a través de una película, un libro o una historia que algún amigo me cuente, que hace que todo sea más sencillo y te evita trabajo y gestiones posteriores. Pero claro, esto no es más que un deseo... la vida irá como tenga que ir.

martes, 14 de octubre de 2014

Ideas que cambian tu visión del mundo

De nuevo por aquí. Tras un tiempo sin publicar nada en este blog, me he animado (¿o debería decir "me han animado"?) a escribir esta pequeña entrada.
Para algunos de los que me conocen no es ningún secreto que sigo buscando la materialización de cambios importantes en mi vida. Esto me ha llevado a seguir blogs como Vivir al máximo
Pues bien, en su última publicación, me lanzaba, nos lanzaba un reto: poner ideas que para nosotros han sido transformadoras de nuestra visión de la realidad. Pondré algunas, a pesar de que puedan no ser interesantes para todos.

  • No necesito buscar la aprobación de los demás. Esta idea fue para mí fundamental para empezar a ver el mundo de otra manera, y abrirme a nuevas formas de ver las cosas, y desdramatizar. Desde luego que necesitamos, como seres sociales, estar integrados socialmente y tener un entorno amistoso y favorable; pero esto no se busca de forma expresa, sino que se gana en la medida en que entendemos que nuestro bien va de la mano con el de los que nos rodean y trabajamos por ello.
  • La cooperación es maś poderosa y da mejores resultados que la competición. En la línea de lo que he terminado diciendo en la idea anterior, cuando descubrimos que cooperar con otros es más efectivo que competir con ellos, nos liberamos, y descubrimos que tal vez la vida no sea esa "lucha sin cuartel por salir adelante" que se nos dice más o menos abiertamente desde infinidad de medios. Siempre recordaré aquella viñeta en la que dos burros están atados a la misma cuerda, uno mirando hacia un extremo de una habitación y el otro hacia el contrario. Los dos tienen un saco de zanahorias a la vista, y tiran por ir hacia él; pero se encuentran con la oposición de que el otro tira en sentido opuesto. Finalmente, exhaustos, se dan cuenta de que todo es mucho más fácil si, en lugar de seguir tirando y tirando, van primero los dos juntos a comerse el saco de un lado, y luego van al otro.
  • No seguimos una religión o una filosofía por ser mejores que otros, ni por hacer méritos; lo hacemos porque sentimos que es algo que forma parte de nosotros, y nosotros parte de ello. Recuerdo aquella vez en que me hicieron aquella gran pregunta: "¿Entonces tú te consideras mejor que los no creyentes?" Y ahí estaba la respuesta. Yo no estoy en ese tema para ser mejor que nadie. Estoy para seguir el que entiendo y percibo que es mi camino personal, que no tiene por qué ser el de otros.
  • La justicia, entendida como equidad absoluta, puede resultar una trampa. Una trampa cuando nos indignamos continuamente descubriendo situaciones de no equidad en la vida cotidiana. Y es que la vida, casi por definición, no lo es. Unos viven más, y otros menos. Unos trabajan más y otros menos. Unos son más fuertes y otros más débiles. Incluso hay especies que se comen a otras. Pero esto es así. Incluso alguien como Jesús de Nazaret puso en su día "el dedo en la llaga" con este tema, relativizando los conceptos de la justicia humana: Mateo 20, 1-16   Trabajar por la justicia no supone buscar igualdad para todos en términos absolutos, sino defender su dignidad y su derecho a su propia identidad, siempre con los límites de "mi libertad termina donde comienza la de los otros".
  • La energía está por encima de la materia. Esto, así dicho, puede sonar algo como muy "etéreo", pero en realidad nos puede llevar a conclusiones muy concretas para nuestro día a día. Alguien como Max Planck ya llegó en su día a la conclusión de que "la materia como la entendemos hoy día podríamos decir que no existe". Indagando en las profundidades de la materia, había un momento en el que las partículas eran inapreciables y eran todo espacios vacíos rodeados de orbitales de energía. De esa forma, podríamos decir que la materia por sí sola no es nada, y no es capaz de generar más materia; sólo la energía puede crear materia. Esto es capaz de cerrar las puertas a los más cerrados planteamientos materialistas de creer sólo en lo que se ve, y abrir las puertas y ventanas de nuestra percepción de par en par. Porque claro; la energía es real, pero no la vemos ni tocamos ni oímos; sólo algunas de sus materializaciones. ¿Qué materia hay en la transmisión de un e-mail o un fax? Y sin embargo, son muy reales. Todo esto nos permite relativizar muchas cosas de la vida cotidiana. Es difícil enumerarlas; os dejo que lo experimentéis.

Bueno, pues esta es mi propuesta de cinco ideas que me parecen determinantes para ver la vida de otra forma. Podía haber puesto muchas otras, pero estas son las que he recordado en este momento. Saludos.


domingo, 26 de agosto de 2012

Una mañana... ¿como todas?

Aquella mañana se levantó sin ilusión. Sin moral. Sin ganas de nada. Puso las noticias y terminaron de hundirle el ánimo. Nada parecía tener sentido. Nada tenía razón de ser. Parecía como si nada valiera la pena. ¡Nada era especial respecto a ningún otro día! ¿Por qué seguir adelante con todo? -se preguntó.

De repente, como por un azar del destino, miró por la ventana. El amanecer se veía espectacular. Aquel crisol de luz parecía hacer increíbles esfuerzos por salir de las entrañas de la tierra, y transmitía un torrente vital que le hizo sobrecogerse. Como si nunca antes se hubiese hecho de día. Como si no fuese un ritual desde el principio de los tiempos. Como si jamás se hubiese dado ese momento.

Sin dejar de mirar, apagó la radio. Y sonrió. De repente, no podía saber cuánto tiempo había transcurrido. Pero su corazón ya tenía la respuesta que buscaba.

domingo, 19 de agosto de 2012

Tiempos de cambio

Días de retorno. Todo parece volver atrás, aunque algo me dice que eso en realidad nunca sucede. Una de esas realidades que nos da miedo creer. Porque la vida sigue su inexorable camino adelante demostrando que no es ya que el cambio sea algo importante en la vida, sino que la vida es cambio.
Miro mi casa, mis muebles y mis cosas. Podría decirse que, en efecto, todo se ve como siempre. Pero ahora ya sé que nada es como se ve. Alguien me recordó que "lo esencial es invisible a los ojos". Y esa realidad que no se ve pero se percibe insiste tercamente en que algo muy profundo está cambiando en mí y en lo que me rodea. Algo que todavía no alcanzo a percibir ni a comprender; pero que ya se ha puesto en marcha. Suenan de fondo los acordes de la maravillosa melodía "Alegría" del Circo del Sol. Parecen invitar a seguir con esa danza de los tiempos en la que la vida nunca se detiene, en la que lo que otrora pareciera inmutable hoy palidece y es cuestionado. Como le ocurre a ese niño al que ya no le vale la ropa; el mismo niño que no para de preguntar sobre cosas que siempre hemos considerado obvias.

Y es que probablemente nada será igual después de la experiencia del curso intensivo de PNL. La razón no acierta a cuantificar ni definir cuándo ni cómo serán esos cambios. Pero, ¿todo ha de ser cuantificable? Quizás se trate de dejarse hacer. Confiar. Sin volver la vista atrás. Como ya lo dijo Machado. Y optar por los caminos con corazón. Con esa lucidez interior que alcanza mucho más allá de lo racionalmente medible y constatable. Sin olvidar nuestra esencia.

Puede así no transitemos por los caminos en un principio previstos; pero eso no los hace peores. Los hará más nuestros.