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Aprendiendo de situaciones desagradables e inesperadas

Ayer por la tarde, cuando nos disponíamos a salir un amigo y yo de aquel bar, y cogimos nuestras cosas, no me lo podía creer. ¡Me faltaba el bolso! Y no, no lo había dejado caer, ni nada de eso. Pronto lo comprobé. Se lo habían llevado, pues no nos habíamos movido de allí y había entrado con él. Ese momento es tremendo; especialmente para aquellos que tenemos la mala costumbre de llevar allí todo o casi todo. Nada menos que llaves, tarjetas, dinero, documentación personal... en fin. Tengo que reconocer que en ese primer momento, me llegaban algunos pensamientos de lo más viscerales, que incluían imaginarme cómo le rompía la cara a alguien a quien le veía con lo robado. Efectivamente, no soy mejor que otros y no me libro de ese tipo de tentaciones. Dicho esto, afortunadamente también estaba acompañado por mi buen amigo Daniel, que en ningún momento perdió la calma y me ayudó a lo que había que hacer: ser ante todo prácticos en ese momento y con la cabeza fría. Porque una cosa estaba...

Ideas que cambian tu visión del mundo

De nuevo por aquí. Tras un tiempo sin publicar nada en este blog, me he animado (¿o debería decir "me han animado"?) a escribir esta pequeña entrada. Para algunos de los que me conocen no es ningún secreto que sigo buscando la materialización de cambios importantes en mi vida. Esto me ha llevado a seguir blogs como Vivir al máximo Pues bien, en su última publicación, me lanzaba, nos lanzaba un reto: poner ideas que para nosotros han sido transformadoras de nuestra visión de la realidad. Pondré algunas, a pesar de que puedan no ser interesantes para todos. No necesito buscar la aprobación de los demás. Esta idea fue para mí fundamental para empezar a ver el mundo de otra manera, y abrirme a nuevas formas de ver las cosas, y desdramatizar. Desde luego que necesitamos, como seres sociales, estar integrados socialmente y tener un entorno amistoso y favorable; pero esto no se busca de forma expresa, sino que se gana en la medida en que entendemos que nuestro bien va de la ma...

Una mañana... ¿como todas?

Aquella mañana se levantó sin ilusión. Sin moral. Sin ganas de nada. Puso las noticias y terminaron de hundirle el ánimo. Nada parecía tener sentido. Nada tenía razón de ser. Parecía como si nada valiera la pena. ¡Nada era especial respecto a ningún otro día! ¿Por qué seguir adelante con todo? -se preguntó. De repente, como por un azar del destino, miró por la ventana. El amanecer se veía espectacular. Aquel crisol de luz parecía hacer increíbles esfuerzos por salir de las entrañas de la tierra, y transmitía un torrente vital que le hizo sobrecogerse. Como si nunca antes se hubiese hecho de día. Como si no fuese un ritual desde el principio de los tiempos. Como si jamás se hubiese dado ese momento. Sin dejar de mirar, apagó la radio. Y sonrió. De repente, no podía saber cuánto tiempo había transcurrido. Pero su corazón ya tenía la respuesta que buscaba.

Tiempos de cambio

Días de retorno. Todo parece volver atrás, aunque algo me dice que eso en realidad nunca sucede. Una de esas realidades que nos da miedo creer. Porque la vida sigue su inexorable camino adelante demostrando que no es ya que el cambio sea algo importante en la vida, sino que la vida es cambio. Miro mi casa, mis muebles y mis cosas. Podría decirse que, en efecto, todo se ve como siempre. Pero ahora ya sé que nada es como se ve. Alguien me recordó que "lo esencial es invisible a los ojos". Y esa realidad que no se ve pero se percibe insiste tercamente en que algo muy profundo está cambiando en mí y en lo que me rodea. Algo que todavía no alcanzo a percibir ni a comprender; pero que ya se ha puesto en marcha. Suenan de fondo los acordes de la maravillosa melodía "Alegría" del Circo del Sol. Parecen invitar a seguir con esa danza de los tiempos en la que la vida nunca se detiene, en la que lo que otrora pareciera inmutable hoy palidece y es cuestionado. Como le ocurre a...

Pequeños cambios cotidianos...

Hola a todas y todos. Seguramente muchos conocéis ya mi interés por todo el tema de la alimentación y la nutrición, y cómo influye en nuestras vidas; no ya sólo a nivel básico esencial (no estar desnutridos) sino también en nuestro estado de ánimo y sensación vital, sin olvidar la repercusión de nuestros hábitos alimenticios en la sostenibilidad del planeta. Por otro lado, no soy alguien muy dispuesto a pasarse excesivo tiempo en la cocina ni estoy especialmente interesado en el aspecto visual de los platos ni en la sofisticación de los sabores. Al contrario, me interesa especialmente cómo conseguir esa combinación "mágica" que aúne algo medianamente sabroso, lo más sano y completo posible nutricionalmente hablando, sencillo y rápido de preparar... y si además es ecológico y económico para acallar las voces que tildan de "elitista" esta alimentación, mejor que mejor. Esta mañana retomé un desayuno que reúne, en mi opinión, todas (o casi todas) estas característica...

El árbol de la fortaleza

Como muchos sabréis ya, mi padre ha fallecido. Quiero dedicarle este último escrito, esta última carta. Hola papá, Quiero contarte algo. Verás: hay una antigua leyenda que dice que un viajero fue a un lejano país con intención de conocer mejor las especies de árboles y plantas que allí había. Se sorprendió cuando el lugareño que le hablaba de los diferentes árboles, de repente nombró el "árbol de la fortaleza", al tiempo que se lo mostraba. No entendía que podía tener aquel árbol que pudiera relacionarse con poder, grandiosidad o fortaleza. No era alto, ni grande, ni su tronco tenía un grosor especial. Tampoco parecía su madera especialmente dura. -¿Por qué se le conoce así a ese árbol? -preguntó el viajero. - Es sencillo, contestó el lugareño. Es el único árbol capaz de hacer brotar sus flores cuando todo está cubierto de nieve. Al igual que en la leyenda, tú has sido para nosotros un verdadero "árbol de la fortaleza". Porque pese a lo dura (incluso a veces...

Una tarde especial

Ella parecía totalmente ausente. Como si no estuviese, como si no existiese. Su mirada perdida no parecía poder encontrar el camino de regreso. Él se sentó junto a ella despacio, sin hacer ruido. Sin darle importancia a lo que hacía. Como si siempre lo hubiese hecho así. Con esa seguridad de cuando no hay nada que demostrar. Ella se giró suavemente y fijó esa mirada perdida en él. Muy lentamente, como cuando ya no hay prisa para nada. Después, volvió su mirada al punto en el que antes estaba, como si quisiera que sus miradas vagasen juntas por la inmensidad del momento. Él cogió su mano con suavidad y ternura. Con la magia de un primer momento, pero también como si de un reencuentro se tratara. Ella volvió su mirada hacia él, casi tan lentamente como antes. Mirada que seguía plácidamente imperturbable, con una muy tenue sonrisa de las que transmiten aceptación. -¿Viene usted mucho por aquí? -preguntó él-. Me gusta tanto este sitio... Tras varios segundos de silencio, como cuando...