Fin de semana sin fútbol...

Finalmente acabó la liga de fútbol. Conozco más de uno que se siente aterrado ante la idea de un fin de semana sin fútbol; ¿podremos sobrevivir? Supongo que no será fácil. Claro, el fenómeno futbolero está tan arraigado entre nosotros... Y eso que no es algo sencillo de explicar; porque la verdad es que desafía incluso a la lógica más atrevida: veintidos personas a por un balón, para conseguir que traspase unas líneas, y entonces vivir todos un subidón de adrenalina... por un hecho que no cambia en absoluto nuestra vida real.

Analizando un poco, sí que podemos encontrar razones para el éxito arrollador de este fenómeno; pues incluso un servidor siente un algo interior muy especial cuando ganan los nuestros y pierden los otros, los malos malísimos; y hasta una especie de angustia vital cuando ocurre lo contrario.

Efectívamente, se trata de algo que conecta con nuestro yo más visceral, con nuestro lado más irracional en un mundo en el que a veces nos sentimos acorralados por lo cerebral y matemático, lo organizado y previsto, por el mundo del "dos más dos siempre serán cuatro"... ¡el sentimiento también existe! Y, desde luego, es un auténtico chollo para el sistema: nos olvidamos por muchas horas de nuestros problemas reales, nos inculcan más y más el poderoso e incuestionable valor absoluto de la competitividad, sirve de negocio redondo para muchas personas... poco menos que la panacea, vamos; ¡esto hay que potenciarlo todo lo que haga falta!

También entronca con nuestros ancestros tribales, en los que nuestra tribu había de imponerse a las demás y había que dejar bien claro quiénes eran los más fuertes. Era una cuestión de supervivencia. El problema es que, en el mundo globalizado de hoy en día, con tres cuartas partes de la población mundial viviendo fuera del pastel de la sociedad del bienestar, probablemente las claves para la supervivencia empiecen a ser otras... La evolución no se detiene.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy buen articulo y una mejor reflexion...Mentes pensantes sufren y no triunfan.Siuen en la liena y en linea...(Capitan Nemo)

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