Feliz Año nuevo... como todos los años
Pues sí, un nuevo año ha comenzado. Como todos los años. Da la impresión de que esa fecha es un “punto de inflexión”, un momento en el que, por arte de magia, todo cambia y es diferente, simplemente por haber comenzado Enero. Un mes que, si hacemos memoria, ya empezamos también el año pasado. Y el otro, y el otro…
Recuerdo una tertulia en la que se hablaba de todos los cientos y miles de propósitos nuevos para este año. “¿Cómo no se les habría ocurrido eso hasta ahora?”–me preguntaba yo-. Pero parece ser que esos propósitos e ideas no eran nuevas. Por lo visto, según se descubre cuando uno investiga un poco, esos mismos pensamientos vuelven año tras año, por aquello de “este año sí que sí”. Vamos, la euforia del momento trascendente de las uvas y la fiesta, el cava y todo eso.
No estaría de más que, junto a lo bien que está hacer propósitos para el año que comienza, nos recordaran que, en este mundo en el que confluyen la magia y la matemática, lo sublime y lo cotidiano, lo visible y lo invisible, no ocurren cosas nuevas mientras no hacemos cosas nuevas. Comenzamos por desear, pero no suele ser suficiente. ¡Qué dura es la realidad!
Pero eso tampoco tendría que ser una excusa para resignarnos a quedarnos sin sueños. No, algo tan importante no puede quedar fuera de juego por una excusa tan poco original. ¿Quién dijo que no podemos hacer cosas nuevas, cambiar nuestras actitudes?
Poder, se puede. Yo apuesto por intentarlo. En el campo del deseo y también en el de la acción. ¡Feliz 2008!
Recuerdo una tertulia en la que se hablaba de todos los cientos y miles de propósitos nuevos para este año. “¿Cómo no se les habría ocurrido eso hasta ahora?”–me preguntaba yo-. Pero parece ser que esos propósitos e ideas no eran nuevas. Por lo visto, según se descubre cuando uno investiga un poco, esos mismos pensamientos vuelven año tras año, por aquello de “este año sí que sí”. Vamos, la euforia del momento trascendente de las uvas y la fiesta, el cava y todo eso.
No estaría de más que, junto a lo bien que está hacer propósitos para el año que comienza, nos recordaran que, en este mundo en el que confluyen la magia y la matemática, lo sublime y lo cotidiano, lo visible y lo invisible, no ocurren cosas nuevas mientras no hacemos cosas nuevas. Comenzamos por desear, pero no suele ser suficiente. ¡Qué dura es la realidad!
Pero eso tampoco tendría que ser una excusa para resignarnos a quedarnos sin sueños. No, algo tan importante no puede quedar fuera de juego por una excusa tan poco original. ¿Quién dijo que no podemos hacer cosas nuevas, cambiar nuestras actitudes?
Poder, se puede. Yo apuesto por intentarlo. En el campo del deseo y también en el de la acción. ¡Feliz 2008!
Comentarios
Luego va lo de hacer deporte: hace 2 años me compré las zapatillas para salir a correr...a ver si las estreno.
Feliz año a tod@s!!!