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Mostrando entradas de junio, 2007

Velada televisiva (II)

Como decíamos antes; el pasado domingo ví un par de programas interesantes por televisión. Sí, sí, lo eran; no es broma. Estos sí me parecieron buenos. Los dos tocaban, desde muy diferentes puntos de vista, el tema de la ecología. El primero trataba sobre la experiencia de Mataveneros, un pueblo de León que en su día (allá por los años 60) se abandonó, y posteriormente se repobló por gente del mundo alternativo, concretamente del movimiento ecologista "arco iris". Esta gente se estableció y reconstruyeron las infraestructuras básicas. No lo tuvieron fácil, y siguen sin tenerlo; pese a todo, siguen demostrando que es posible vivir de otra forma, apostando por otras cosas; mostrando cómo la alternativa, si bien nunca es perfecta (¿quién dijo que la utopía ha de serlo?), puede ser tan válida o incluso más que las que nos venden desde casi todos los medios a casi todas horas. El segundo trataba sobre unas paradisíacas islas, en las Seychelles, en las que se han construído hoteles...

Velada televisiva (I)

El pasado domingo, como tocaba sesión familiar, ví un par de programas interesantes por la tele. No deja de ser curioso que, de forma tan habitual, asociemos “velada familiar” con “velada televisiva”… Hay que ver qué bien se integra ese aparato con la mayoría de nuestras familias. Y eso que es un miembro que no sólo no escucha, sino que además habla y habla, sin importarle en absoluto lo que pensemos los demás. A veces creo que, para haber conseguido una integración tan buena en el entorno familiar, sólo puede ser por dos razones: o bien es porque en realidad es igual que los demás del entorno, que tampoco nos importa ni nos interesa lo que digan o piensen los demás; o bien se trata de que, en un mundo en el que casi nadie encuentra nada especial ni interesante qué decir ni compartir, el único que se pone a ello monopoliza la sesión. Total, a nadie le importa excesivamente… Y es que cada vez nos gusta más que otros hagan por nosotros cosas tan costosas y fastidiosas como dialogar, in...

Fin de semana sin fútbol...

Finalmente acabó la liga de fútbol. Conozco más de uno que se siente aterrado ante la idea de un fin de semana sin fútbol; ¿podremos sobrevivir? Supongo que no será fácil. Claro, el fenómeno futbolero está tan arraigado entre nosotros... Y eso que no es algo sencillo de explicar; porque la verdad es que desafía incluso a la lógica más atrevida: veintidos personas a por un balón, para conseguir que traspase unas líneas, y entonces vivir todos un subidón de adrenalina... por un hecho que no cambia en absoluto nuestra vida real. Analizando un poco, sí que podemos encontrar razones para el éxito arrollador de este fenómeno; pues incluso un servidor siente un algo interior muy especial cuando ganan los nuestros y pierden los otros, los malos malísimos; y hasta una especie de angustia vital cuando ocurre lo contrario. Efectívamente, se trata de algo que conecta con nuestro yo más visceral, con nuestro lado más irracional en un mundo en el que a veces nos sentimos acorralados por lo cerebral ...

Cuando oigo, veo y leo las noticias...

Cuando oigo, veo y leo las noticias, después de superar el primer impacto e impresión de prisa, estrés y preocupación que transmiten, me doy cuenta de que hay gente que sabe hacer muy bien su trabajo. En el mundo de la eficiencia y el pragmatismo por encima de todo, este terreno de la información no podía ser menos que nadie. Hay gente que le pagan para demostrar que su noticia sea la mejor y más importante de todas, y la lucha por conseguirlo es espectacular y demoledora. Frecuentemente consiguen que pensemos que en esas noticias nos va poco menos que la vida. Cuestiones que el sentido común jamás nos haría pensar que podían tener nada que ver con nuestra vida real, hoy nos parecen vitales: que si alguien se casa o se separa, que si le han pillado a alguien en un escándalo muy gordo, que si no se quién ha dicho no sé qué tontería, que si tal empresa ha ganado menos de lo esperado... ¡esto se hunde! pienso al instante. Se hunde, igual que ayer, igual que la otra semana, igual que el añ...