Aquella mañana se levantó sin ilusión. Sin moral. Sin ganas de nada. Puso las noticias y terminaron de hundirle el ánimo. Nada parecía tener sentido. Nada tenía razón de ser. Parecía como si nada valiera la pena. ¡Nada era especial respecto a ningún otro día! ¿Por qué seguir adelante con todo? -se preguntó.
De repente, como por un azar del destino, miró por la ventana. El amanecer se veía espectacular. Aquel crisol de luz parecía hacer increíbles esfuerzos por salir de las entrañas de la tierra, y transmitía un torrente vital que le hizo sobrecogerse. Como si nunca antes se hubiese hecho de día. Como si no fuese un ritual desde el principio de los tiempos. Como si jamás se hubiese dado ese momento.
Sin dejar de mirar, apagó la radio. Y sonrió. De repente, no podía saber cuánto tiempo había transcurrido. Pero su corazón ya tenía la respuesta que buscaba.
Blog personal de un Conectador de Mundos que de otra forma tal vez nunca se cruzasen...
Algo nuevo comienza...
¡Hola a todos! Este es mi blog personal. Como bien dice el título, además de ser mi lugar personal, donde os iré informando a todos los que queréis saber de mí, sobre las pequeñas y grandes cosas comentables que continuamente nos ocurren, me gustaría que fuese eso; una encrucijada; donde se juntan diferentes y distantes mundos, que tal vez de otro modo nunca se encontrasen. Ahora el destino lo quiere así.Habrá opiniones sobre lo humano y lo divino, sobre lo políticamente correcto y sobre lo que no lo es tanto. Sobre temas incómodos y sobre los que todo el mundo quiere hablar. Sobre equilibrio y desequilibrio; sobre justicia y paz; sobre alimentación natural; sobre deporte y política; sobre amistad y vida social; sobre amor y trascendencia... En fin, sobre tantas cosas y tantos mundos...Un abrazo a todos y a todas.
domingo, 26 de agosto de 2012
domingo, 19 de agosto de 2012
Tiempos de cambio
Días de retorno. Todo parece volver atrás, aunque algo me dice que eso en realidad nunca sucede. Una de esas realidades que nos da miedo creer. Porque la vida sigue su inexorable camino adelante demostrando que no es ya que el cambio sea algo importante en la vida, sino que la vida es cambio.
Miro mi casa, mis muebles y mis cosas. Podría decirse que, en efecto, todo se ve como siempre. Pero ahora ya sé que nada es como se ve. Alguien me recordó que "lo esencial es invisible a los ojos". Y esa realidad que no se ve pero se percibe insiste tercamente en que algo muy profundo está cambiando en mí y en lo que me rodea. Algo que todavía no alcanzo a percibir ni a comprender; pero que ya se ha puesto en marcha. Suenan de fondo los acordes de la maravillosa melodía "Alegría" del Circo del Sol. Parecen invitar a seguir con esa danza de los tiempos en la que la vida nunca se detiene, en la que lo que otrora pareciera inmutable hoy palidece y es cuestionado. Como le ocurre a ese niño al que ya no le vale la ropa; el mismo niño que no para de preguntar sobre cosas que siempre hemos considerado obvias.
Y es que probablemente nada será igual después de la experiencia del curso intensivo de PNL. La razón no acierta a cuantificar ni definir cuándo ni cómo serán esos cambios. Pero, ¿todo ha de ser cuantificable? Quizás se trate de dejarse hacer. Confiar. Sin volver la vista atrás. Como ya lo dijo Machado. Y optar por los caminos con corazón. Con esa lucidez interior que alcanza mucho más allá de lo racionalmente medible y constatable. Sin olvidar nuestra esencia.
Puede así no transitemos por los caminos en un principio previstos; pero eso no los hace peores. Los hará más nuestros.
Miro mi casa, mis muebles y mis cosas. Podría decirse que, en efecto, todo se ve como siempre. Pero ahora ya sé que nada es como se ve. Alguien me recordó que "lo esencial es invisible a los ojos". Y esa realidad que no se ve pero se percibe insiste tercamente en que algo muy profundo está cambiando en mí y en lo que me rodea. Algo que todavía no alcanzo a percibir ni a comprender; pero que ya se ha puesto en marcha. Suenan de fondo los acordes de la maravillosa melodía "Alegría" del Circo del Sol. Parecen invitar a seguir con esa danza de los tiempos en la que la vida nunca se detiene, en la que lo que otrora pareciera inmutable hoy palidece y es cuestionado. Como le ocurre a ese niño al que ya no le vale la ropa; el mismo niño que no para de preguntar sobre cosas que siempre hemos considerado obvias.
Y es que probablemente nada será igual después de la experiencia del curso intensivo de PNL. La razón no acierta a cuantificar ni definir cuándo ni cómo serán esos cambios. Pero, ¿todo ha de ser cuantificable? Quizás se trate de dejarse hacer. Confiar. Sin volver la vista atrás. Como ya lo dijo Machado. Y optar por los caminos con corazón. Con esa lucidez interior que alcanza mucho más allá de lo racionalmente medible y constatable. Sin olvidar nuestra esencia.
Puede así no transitemos por los caminos en un principio previstos; pero eso no los hace peores. Los hará más nuestros.
jueves, 22 de marzo de 2012
Pequeños cambios cotidianos...
Hola a todas y todos.
Seguramente muchos conocéis ya mi interés por todo el tema de la alimentación y la nutrición, y cómo influye en nuestras vidas; no ya sólo a nivel básico esencial (no estar desnutridos) sino también en nuestro estado de ánimo y sensación vital, sin olvidar la repercusión de nuestros hábitos alimenticios en la sostenibilidad del planeta. Por otro lado, no soy alguien muy dispuesto a pasarse excesivo tiempo en la cocina ni estoy especialmente interesado en el aspecto visual de los platos ni en la sofisticación de los sabores. Al contrario, me interesa especialmente cómo conseguir esa combinación "mágica" que aúne algo medianamente sabroso, lo más sano y completo posible nutricionalmente hablando, sencillo y rápido de preparar... y si además es ecológico y económico para acallar las voces que tildan de "elitista" esta alimentación, mejor que mejor.
Esta mañana retomé un desayuno que reúne, en mi opinión, todas (o casi todas) estas características: pieza de fruta y copos de avena cocidos junto con hojas de alga dulse, con un punto de salsa de soja, y una infusión. El resultado ha sido fantástico. Además de resultarme considerablemente sabroso, he tenido toda la mañana la sensación de saciedad, sin pesadez ni digestión difícil. Ni siquiera he caído en la tentación del picoteo cuando había muestras para probar al ir a hacer la compra.
En cuanto a lo nutricional, también es bastante completo; tenemos las vitaminas y minerales de la fruta y de las algas, los hidratos de carbono (y algunas vitaminas por ser cereal integral) de la avena, y las proteínas de las algas y la salsa de soja. ¿Tal vez pocas proteínas? Las necesidades de proteínas son menores de lo que nos las pintan habitualmente, e incluso no siempre es necesario que estén presentes en todas las comidas. Para muchos especialistas, el balance nutricional a considerar es total diario, no por ingesta separadamente. Supongo que, como tantas otras teorías en este apasionante mundo de la nutrición, dependerán en gran medida de cada organismo y sus circunstancias de vida.
En cuanto a lo ecológico. Hace un tiempo era cuestionable el tema de las algas y de la soja. Hoy en día, las algas ya vienen de Galicia, no siendo necesario comprar las que vienen de Japón. Y la soja (la que se compra directamente como soja no modificada genéticamente ni procesada), principalmente de Europa. Además, la soja es realmente un problema cuando se utiliza en esas grandes producciones para hacer pienso para el ganado; esa soja que no se ve pero que comen quienes se alimentan de carne. En fin, el tema es complejo y denso como para dedicarle aquí más tiempo.
Y en cuanto a lo económico. Los copos de avena gruesos integrales son baratos, y pueden encontrarse incluso en grandes superficies, además de en cualquier herboristería. Cunden mucho, pues la cantidad que se utiliza cada vez es pequeña (tres cucharadas soperas en este caso). Y el tema se economiza aún más si los podemos comprar a granel.
Como ya hemos comentado antes, el tema de las algas y la salsa de soja se optimiza bastante debido a su procedencia mucho más local que antaño. Y además, las cantidades a utilizar cada vez son realmente pequeñas, y nos cunde para mucho tiempo.
Respecto a lo de rápido de preparar. Es cierto que hay que cocer la avena junto con los trozos de alga, hasta que calculemos que los copos se han ablandado y el agua ya no es agua sino más bien "leche cremosa" de avena. Aquí el secreto es ponerlo a preparar nada más levantarnos, de forma que se vaya cociendo mientras nos aseamos, vestimos, etc.
Supongo que para mucha gente este artículo será muy básico; que me disculpen. Me gusta compartir estas cosas con quienes, como yo, siguen descubriendo y experimentando en los aspectos cotidianos de la vida, incluido este apasionante mundo de la alimentación.
Seguramente muchos conocéis ya mi interés por todo el tema de la alimentación y la nutrición, y cómo influye en nuestras vidas; no ya sólo a nivel básico esencial (no estar desnutridos) sino también en nuestro estado de ánimo y sensación vital, sin olvidar la repercusión de nuestros hábitos alimenticios en la sostenibilidad del planeta. Por otro lado, no soy alguien muy dispuesto a pasarse excesivo tiempo en la cocina ni estoy especialmente interesado en el aspecto visual de los platos ni en la sofisticación de los sabores. Al contrario, me interesa especialmente cómo conseguir esa combinación "mágica" que aúne algo medianamente sabroso, lo más sano y completo posible nutricionalmente hablando, sencillo y rápido de preparar... y si además es ecológico y económico para acallar las voces que tildan de "elitista" esta alimentación, mejor que mejor.
Esta mañana retomé un desayuno que reúne, en mi opinión, todas (o casi todas) estas características: pieza de fruta y copos de avena cocidos junto con hojas de alga dulse, con un punto de salsa de soja, y una infusión. El resultado ha sido fantástico. Además de resultarme considerablemente sabroso, he tenido toda la mañana la sensación de saciedad, sin pesadez ni digestión difícil. Ni siquiera he caído en la tentación del picoteo cuando había muestras para probar al ir a hacer la compra.
En cuanto a lo nutricional, también es bastante completo; tenemos las vitaminas y minerales de la fruta y de las algas, los hidratos de carbono (y algunas vitaminas por ser cereal integral) de la avena, y las proteínas de las algas y la salsa de soja. ¿Tal vez pocas proteínas? Las necesidades de proteínas son menores de lo que nos las pintan habitualmente, e incluso no siempre es necesario que estén presentes en todas las comidas. Para muchos especialistas, el balance nutricional a considerar es total diario, no por ingesta separadamente. Supongo que, como tantas otras teorías en este apasionante mundo de la nutrición, dependerán en gran medida de cada organismo y sus circunstancias de vida.
En cuanto a lo ecológico. Hace un tiempo era cuestionable el tema de las algas y de la soja. Hoy en día, las algas ya vienen de Galicia, no siendo necesario comprar las que vienen de Japón. Y la soja (la que se compra directamente como soja no modificada genéticamente ni procesada), principalmente de Europa. Además, la soja es realmente un problema cuando se utiliza en esas grandes producciones para hacer pienso para el ganado; esa soja que no se ve pero que comen quienes se alimentan de carne. En fin, el tema es complejo y denso como para dedicarle aquí más tiempo.
Y en cuanto a lo económico. Los copos de avena gruesos integrales son baratos, y pueden encontrarse incluso en grandes superficies, además de en cualquier herboristería. Cunden mucho, pues la cantidad que se utiliza cada vez es pequeña (tres cucharadas soperas en este caso). Y el tema se economiza aún más si los podemos comprar a granel.
Como ya hemos comentado antes, el tema de las algas y la salsa de soja se optimiza bastante debido a su procedencia mucho más local que antaño. Y además, las cantidades a utilizar cada vez son realmente pequeñas, y nos cunde para mucho tiempo.
Respecto a lo de rápido de preparar. Es cierto que hay que cocer la avena junto con los trozos de alga, hasta que calculemos que los copos se han ablandado y el agua ya no es agua sino más bien "leche cremosa" de avena. Aquí el secreto es ponerlo a preparar nada más levantarnos, de forma que se vaya cociendo mientras nos aseamos, vestimos, etc.
Supongo que para mucha gente este artículo será muy básico; que me disculpen. Me gusta compartir estas cosas con quienes, como yo, siguen descubriendo y experimentando en los aspectos cotidianos de la vida, incluido este apasionante mundo de la alimentación.
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