El partido del Milenio
Cuentan las crónicas de la época que en aquellos tiempos, los seres humanos tuvieron que jugar un gran partido frente al equipo de las dificultades de la vida. Los días previos se vivieron con gran intensidad, pues un magno acontecimiento deportivo como aquel no se había vivido desde hacía mucho; tantos y tantos días que se perdían en la memoria de los tiempos. Mucho se temía a aquel adversario; se sabía de su gran potencial. Equipo duro y correoso; sin brillantez, pero capaz de hacer pagar muy caro el mínimo error de su adversario; capaz, en definitiva, de romper en pedazos los más vehementes y deseados sueños de victoria. Aquello no sería nada fácil y todos lo sabían. Por otra parte, se confiaba también en el gran potencial de los seres humanos. Estos, cuando jugaban con la estrategia del Amor, eran capaces de sacar lo mejor de sí mismos y realizar un juego que asombraba a todo buen aficionado de cualquier confín del universo. Las espadas estaban en todo lo alto. Y llegó el día del p...