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Mostrando entradas de febrero, 2008

Acomodarse...

El otro día fui a ver a la asistente social. En estas situaciones de citas con organismos públicos, la espera suele ser poco menos que inevitable y casi siempre tediosa. Por si fuera poco, ví que no había silla disponible; ´por ello, tendría que esperar de pie, sin acomodarme. Está en nuestra naturaleza humana que tendemos a la estabilidad y a acomodarnos. En esta ocasión, sin embargo, tuve oportunidad de saborear las ventajas de no hacerlo. Al no poder sentarme, fui a echar un vistazo en el tablón de anuncios que había en la sala. Y encontré avisos realmente interesantes; uno de ellos hablaba de Ascudean, una asociación de familiares cuidadores de personas mayores. Tomé nota del teléfono, he quedado con ellos, y lo cierto es que la información que me han conseguido puede ser vital en mi situación. ¡Cuantas veces en la vida nos enfadamos y hasta maldecimos por no poder acomodarnos! Y sin embargo, como yo mismo pude comprobar ese día, al no hacerlo abrimos otras puertas y damos pie a nu...