Algo nuevo comienza...

¡Hola a todos! Este es mi blog personal. Como bien dice el título, además de ser mi lugar personal, donde os iré informando a todos los que queréis saber de mí, sobre las pequeñas y grandes cosas comentables que continuamente nos ocurren, me gustaría que fuese eso; una encrucijada; donde se juntan diferentes y distantes mundos, que tal vez de otro modo nunca se encontrasen. Ahora el destino lo quiere así.Habrá opiniones sobre lo humano y lo divino, sobre lo políticamente correcto y sobre lo que no lo es tanto. Sobre temas incómodos y sobre los que todo el mundo quiere hablar. Sobre equilibrio y desequilibrio; sobre justicia y paz; sobre alimentación natural; sobre deporte y política; sobre amistad y vida social; sobre amor y trascendencia... En fin, sobre tantas cosas y tantos mundos...Un abrazo a todos y a todas.

viernes, 20 de febrero de 2009

Liberación de Lenny

Hoy voy a hablaros de la liberación de Lenny. En contra de lo que pudiera parecer a muchos, no se trata de una noticia escabrosa ni ningún suceso de esos que tanto abundan en las noticias. Esta vez no se trata de ninguna noticia política, ni de bandas armadas con rehenes, ni delincuentes que salen de prisión, ni nada parecido.

Porque Lenny, para los desconocedores del mundo de la informática alternativa y el sistema operativo GNU/Linux (que me disculpen aquellos para quienes esta explicación es innecesaria), es el nombre de la nueva versión estable que el equipo de desarrolladores de la distribución Debian acaba de lanzar (de ahí lo de la "liberación"). Un sistema operativo libre, con licencia pública de distribución, con software que también es libre, y que entronca con una tradición que se va forjando poco a poco, en una nueva cultura de compartir conocimientos y tecnología (Podéis encontrar más información al respecto en http://www.debian.org ). Estos programas y sistemas no tienen un dueño concreto y personal, sino que pertenecen a la comunidad, y tienen una licencia para evitar que alguien quiera apropiarse de ellos. Cualquiera con los conocimientos necesarios puede realizar aportaciones para la mejora de estos programas, y esta es una de las razones de su rapidísima evolución y desarrollo.

Estamos ante otra demostración más de que otro modo de desarrollo, más cooperativo y en equipo, es posible. Es la típica noticia que no suele salir en las noticias ni en los grandes medios de masas. Es algo sin emoción ni dramatismo, sin morbo, sin espectacularidad... ¡malo para pretender ser una gran noticia!

Lo siento por aquellos que esperaban leer aquí algo más espectacular, acorde a lo que el título podía prometer. Pero la nueva realidad va construyéndose a base de noticias silenciosas y silenciadas, sin hacer ruido, sin épica aparente. No serán los famosos ni nadie de los que están en lo alto de la pirámide quienes construirán algo nuevo. Se hará desde la base o no se hará. Y cuando algo se haga desde arriba... sólo se materializará si tiene un eco desde abajo. También por eso Jesús de Nazaret fue hijo del carpintero, en lugar de haberlo sido del gobernador.

Pero necesitamos volver a ser conscientes de nuestro poder y responsabilidad de decisión como elementos de la base. Y esto va mucho más allá de votar en las elecciones a las que nos convoquen los de arriba. Y eso, a su vez, comienza por hacernos conscientes de nosotros mismos.

lunes, 9 de febrero de 2009

Camino

Andaba yo pensando algún tema sobre el que escribir. Y no es que uno no tenga nada interesante en su vida, qué va; la considero suficientemente plena e intensa, aunque muchas veces no en el sentido en que hoy en día se entiende la intensidad ni la plenitud. Pero buscaba yo algún tema "para todos los públicos", no sólo para "iniciados" en algunas aficiones o temas que conozco y que, desafortunadamente, sólo suenan conocidos para una reducida minoría.

Y ayer casualmente me topé de bruces con lo que buscaba. Ahora lo escribo, no ya como pensaba (para "cumplir" con mis visitantes), sino más como una necesidad vital. Necesito compartir mis impresiones sobre tal experiencia.

Fui al cine a ver la película "Camino". Hay ocasiones en las que uno va al cine, se entretiene un rato y ya está. Después de la sesión sólo quedarán cuatro vagos recuerdos y aquellos pequeños momentos en que nos sorprendió, nos emocionó o nos hizo reir a carcajadas. Y generalmente opinaremos: "no estuvo mal", o "un poco floja, para mi gusto", "muy empalagosa", "demasiado previsible", etc.

Pero ayer no ocurrió tal cosa. Yo no sé si el lector habrá visto esta película; para aquellos que no, decir (para saber un poco de qué estamos hablando) es una historia inspirada en un caso real, de una niña con un cáncer muy agresivo, y su vida y la de los suyos en los últimos meses. Hay veces en las que, sin esperarlo, nos topamos con el sufrimiento y la desesperación elevados al infinito, y este nos toca, más aún nos trastoca, nos deja noqueados y no sabemos qué decir, ni qué pensar, ni cómo reaccionar, ni qué sentido tiene todo. Aún un día después, me cuesta apartar de mi mente ese rostro desencajado de dolor y tristeza que sólo un tiempo atrás era una alegre y preciosa niña de ojos redondos y brillantes ilusionada con un mundo que empezaba a conocer desde su incipiente adolescencia.

Alguien podrá decir, no falto de verdad ni de razón, que estas cosas y situaciones existen desde que el mundo es mundo, que es ley de vida, que "parece mentira que te des cuenta ahora de que esto pasa", "yo conozco tal caso parecido", etc. De acuerdo, lo reconozco, ahí no discutiré. Soy débil y frágil. Y es cierto también que este planeta está lleno de situaciones de extremo sufrimiento, que aquellos que deciden -con nuestro consentimiento y complicidad a veces involuntaria- no hacen sino permitir que día tras día haya más y más. Tal vez soy de esos pobres ilusos que todavía hoy, en estos tiempos que corren, piensan que este mundo puede también ser fuente de felicidad, alegría y plenitud.

Pero, qué queréis que os diga. También Jesús lloró amargamente cuando vio muerto a su amigo Lázaro. Porque algo ocurre cuando ponemos un rostro, nombre y apellidos a una situación, a un problema abstracto, por muy conocido que sea. Porque entonces se hace nuestro, nos hacemos arte y parte. Es cuando ya no valen razonamientos, ni valoraciones objetivas, ni frios análisis de la realidad. Y su batalla por aferrarse a la vida se hace también nuestra bandera.

Y siendo mi bandera, me sublevo y rebelo contra la idea de la resignación, la de la negación de la dignidad por conseguir la perfección. Protesto contra la idea que subyace en muchos personajes, por la que "estamos aquí para eso". Y si es necesario, me levanto en armas con formato texto contra la idea que también aparece, de "buscar mártires para la causa". Señores, basta de desear dolor ajeno para unos ideales, los que sean. En el mundo hay demasiados mártires ya. Por favor. Basta de manipular corazones sencillos. Porque no todo vale "por la causa"; sobre todo cuando esta causa es un concepto abstracto y bastante discutible. Es espeluznante cómo algunas personas han transformado y desvirtuado la palabra "amor". Se suele acusar a los frívolos y hedonistas de hacerlo; pero ahora yo acuso a otros que me dan más miedo aún: a quienes lo equiparan con negación, resignación y dolor gratuito. Gente que suelen pedir a otros grandes niveles de perfección y virtud, casi siempre a través de normas y leyes y muy pocas veces con amor y compasión, que es lo que este mundo realmente necesita. La vida en su naturaleza ya es suficientemente complicada como para que contribuyamos a hacerla más aún con absurdas competiciones entre el bien (nosotros) y el mal (los que piensan distinto), sobre quién es más puro y mejor. Por favor.